🌍 Tener un amorío con el mundo
Hay una razón profunda para querer hacer entregas de vida al mundo. En mi corazón habita la promesa de un santo y seña que siempre he recibido de Dios: Dar amor es recibir la luz de los millares de hombres, mujeres y niños del mundo.
Heidi Escobar Correa
6/10/20251 min read

Hay una razón profunda para querer hacer entregas de vida al mundo.
En mi corazón habita la promesa de un santo y seña que siempre he recibido de Dios:
Dar amor es recibir la luz de los millares de hombres, mujeres y niños del mundo.
Yo doy, porque así recibo bondad y cariño también para mi propio ser.
Y aunque reconozco con honestidad que entregar es también recibir, sé que el amor es una fuerza legítima, poderosa y sanadora. Nos bendice tanto a quienes damos como a quienes reciben.
Por eso, más que caridad, prefiero la infancia.
Porque del corazón infante no sólo nace una entrega pura,
sino que se recibe la vida y la virtud de servir con alegría
y de permanecer fieles a lo más verdadero de nuestro ser.
Entonces, seamos un poco menos adultos, y un poco más niños.
Seamos almas capaces de agradecer, compartir y esparcir nuestros frutos,
como si fueran oro y miel,
porque nacen del sustento sagrado de Dios latiendo dentro de nuestro corazón.